La decisión del Ayuntamiento de Burgos, gobernado por el PP y VOX, de no incluir en los presupuestos del año 2025 tres convenios de colaboración para ayudar a la migración a las entidades Burgos Acoge, ACCEM y nuestra querida Atalaya Intercultural, produjo un auténtico terremoto en la ciudad y especialmente en las entidades sociales perjudicadas. El argumento era que las tres desarrollan una labor de efecto llamada de la migración ilegal. En total hablamos de 120. 000 euros. Una cantidad mínima en la totalidad de los presupuestos.
Ante el estupor de la noticia, que nos cogió por sorpresa a todos, la primera reacción de las oenegés afectadas fue la unión entre todas. La firme decisión de empezar y terminar juntas la lucha por revertir la situación, independientemente del resultado final.
Pero no estábamos solos. Hay una cuarta entidad con la que trabajamos en red en el ámbito de la migración y que se unió a nosotros de manera ejemplar, aun no estando perjudicada por la medida pues el Ayuntamiento mantuvo únicamente con ella el convenio. Me refiero a Cáritas Diocesana. En un ejemplo de honestidad, decidió unirse a las tres entidades afectadas y rechazar el total del importe municipal correspondiente por su convenio dedicado al programa de migración.
Tras diversas conversaciones entre los afectados y Cáritas con el Gobierno municipal sin ningún fruto, solicitamos la ayuda de la ciudadanía. Y ésta surgió como la espuma en forma de chorro de solidaridad demostrando que Burgos es una ciudad acogedora. Ciudad que acoge al diferente desde hace muchos años. La llegada de migrantes a la ciudad no ha supuesto nunca ningún problema digno de reseñar. Y ello, fruto del trabajo unido y complementario que desde hace más de 25 años venimos desarrollando estas cuatro entidades con el apoyo de la ciudadanía, en la que hemos encontrado siempre un importante reconocimiento social. Prueba de ello, han sido las más de 6.500 firmas de a apoyo a este manifiesto en apenas 48 horas, de las cuales el 8% pertenecen a entidades sociales o empresariales.
Afortunadamente, la decisión ha sido revocada, tras la inmensa reacción del pueblo de Burgos que de modo transversal se dio cita en una abarrotada Plaza Mayor de Burgos en la fría noche del pasado miércoles 13 de noviembre.
Por ello, desde Atalaya queremos dar la gracias por tanta solidaridad recibida. Atalaya es un proyecto que lidera la Compañía de Jesús en colaboración con otras instituciones laicales y religiosas (Monjes de S. Pedro Cardeña; CONFER; AA. AA. Colegio La Merced y S. Fco. Javier y CVX-BU). Por tanto, forma parte de la Iglesia de Burgos y de nuestro ADN ignaciano. Y dese nuestra esencia Ignaciana y cristiana manifestamos nuestro agradecimiento a todas las personas y entidades que nos han apoyado, pero especialmente al importante grupo de voluntarios y migrantes que nos acompañaron en la Plaza Mayor.
Hemos vivido unos días donde los sin voz tuvieron voz; los migrantes que no tienen capacidad de resolver estos problemas políticos se han visto reconfortados al revertir el Ayuntamiento esta decisión injustificada e injusta, que afecta directamente a sus necesidades más básicas.
Ahora, desde una cierta distancia para valorar las enmiendas que sin duda se incorporarán al presupuesto, queremos manifestar que seguiremos trabajando, como lo venimos haciendo. Cueste lo que cueste, con todas las instituciones que deseen acompañarnos en este camino.
Como nos dice el Papa Francisco, “Dios camina con su pueblo”. Qué mejor garantía para seguir esperanzados. El trabajo en red será de gran ayuda para seguir respondiendo cada día mejor a los cuatro verbos que cita con insistencia el Papa: acoger, proteger, promover e integrar.
En nuestra Memoria de Atalaya 2023 se dice que “la realidad migratoria es una oportunidad y un desafío”. Estos días nos hemos enfrentado a ambas cosas sostenidos por nuestros voluntarios. Con el inestimable apoyo del Servicio Jesuita a Migrantes, Sector Social Jesuitas con nuestra hermana Red Incola a la cabeza; Plataforma Jesuitas Castilla y León; CVX y otras muchas instituciones hermanas a las que desde aquí damos las gracias.
Pero si hay que AGRADECER con mayúsculas a alguien lo ha vivido estos días es a nuestros hermanos migrantes. Cuántas veces presentes en nuestros corazones. Gracias como no, a Dios que es quien en definitiva ha hecho posible tanta solidaridad. En Él nos hemos confiado en esta lucha que no termina aquí. Sin su aliento, las cosas hubieran sido y serán de otra manera muy distinta.
Gracias a todos por vuestro apoyo. Gracias a Dios por seguir caminando con nosotros. Con su pueblo.
Jaime Burgos
Miembro de la Junta Directiva de Atalaya Intercultural