
La familia ignaciana de Valladolid cerró el curso con un encuentro en INEA, en el jardín junto a la escuela. Jesuitas, miembros de CVX, de grupos de jóvenes familias, de Entreculturas, de los colegios San José y Cristo Rey….se juntaron la mañana del sábado para poner ante Dios todo lo vivido a lo largo de estos meses durante la eucaristía y celebrar la amistad compartiendo una paella. El delegado de la Plataforma, Alberto Plaza, y Carlos Maza, coordinador de Centro Loyola- MAGIS, concelebraron la eucaristía sin homilía: el tiempo de la reflexión sacerdotal fue un tiempo dedicado a compartir en pequeños grupos el evangelio aterrizado en el día a día de cada uno al servicio de la misión.
A la luz de la lectura de la diversidad de dones de los Corintios, se propuso compartir la llamada y vocación de cada uno. El compromiso asumido en la vida para dar lo mejor de uno mismo. La segunda lectura invitaba a reflexionar en torno a la experiencia de los discípulos que se encuentran con la fuerza de Dios que les anima a salir a los caminos a pesar de las dificultades. Una lectura que invita a descubrir aquellos lugares donde se hace el bien, personalmente o en comunidad. “Comunidad amplia o comunidad pequeña, pero sabiendo que compartimos una misma fe”, decía Alberto.
Por último, el Evangelio habló del Dios que acompaña y se invitó a exponer la imagen del Dios que está siempre a nuestro lado. Más presente, menos presente, más apagado, más en los otros que nos llevan de la mano. Entre todos se buscaron respuestas y se compartieron experiencias para conocer más y mejor. De la misa a la mesa, para compartir juntos de otra manera lo que une a todos.