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Un mes de comunidad, la primera experiencia jesuita

Comunidades
abril 18, 2022

Guillermo Sanz y Gabriel Espinosa son dos novicios que han vivido su experiencia de Comunidad en Valladolid y Burgos, respectivamente. Después de pasar un mes viviendo y recorriendo su caminar con Ignacio de Loyola inmersos entre sus compañeros, en sus obras y en su misión, se despiden con la Pascua. ¡Quién le iba a decir a Guillermo que aquella primera Pascua online del confinamiento 2020, que le atrapó y le dirigió directamente hasta la Compañía de Jesús, sería real y concreta en la Casa MAG+S ya como jesuita! Sólo han pasado dos años y este tiempo en Valladolid le ha demostrado que ha encontrado su sitio en esta Compañía diversa. Seguía a los jesuitas en redes sociales y este mes ha sido testigo de sus compromisos en la vida real: «Aquí están presentes las cuatro preferencias apostólicas», destaca Guillermo. Diversidad especial también para Gabriel: «Me llevo con gratitud enorme la colaboración y el trabajo que realiza la Compañía junto a laicos, religiosos y religiosas que ayudan a enriquecer y dotar de grandes matices y sensibilidades a todo cuanto la Compañía tiene como misión acá. En lo que se ha venido llamando “trabajo en red”.  

Gabriel en el colegio jesuita de Burgos
Guillermo en una clase de Cristo Rey

Este primer año de noviciado es un cúmulo de experiencias postpandemia. Del «cañonazo» que les movió a integrarse en la Compañía, la revolución de la vocación interiorizada en pleno confinamiento, a la inmersión en el camino con Ignacio. Y es que vivir este primer tiempo como jesuitas en plena celebración del 500 aniversario de la conversión de Ignacio de Loyola, lo impregna todo del significado especial: «Te sientes muy identificado con el cambio de Ignacio», comenta Guillermo. «Lo estoy viviendo como una invitación a la esperanza, a redescubrir el valor de la paciencia, y de toda la sabiduría que habita en los tiempos de espera”, argumenta Gabriel. De cualquier modo, esta identificación les hace comprender la necesidad de una formación honda y fructífera para poder continuar dando sus pasos: tiene por delante dos de noviciado en Bilbao, dos años de Filosofía en Roma, dos de Magisterio y 5 de Teología.

Mucho tiempo de formación por delante con el gran poso de este mes de comunidad. «Me he visto en lugares totalmente desconocidos para mí», dice Gabriel, «como era la educación en colegios, que ha sido de gran enriquecimiento vocacional y personal y ocasión de probarme en nuevas situaciones saliendo de mis zonas de confort». Su participación en los grupos de reflexión social o de diálogo fe-cultura era ya conocida por él y lo ha vivido como un privilegio.  Por su parte Guillermo se ha identificado más en todo lo que es el ámbito educativo y el cuidado de las relaciones.

Ahora los dos vuelven a Bilbao para compartir todo lo vivido y sentido como compañeros de Ignacio. El proceso sigue internamente mientras el maestro de novicios les sigue proporcionando espacios donde seguir dando pasos para Mayor Gloria de Dios.