Red Incola celebró su 15 aniversario el pasado sábado en la Sala Borja. Un encuentro que se aprovechó para visibilizar dos programas que a día de hoy ocupan gran parte de la agenda de esta ONG: entrega de becas escolares y la representación de teatro social. Las becas van ya por su 10º aniversario -600 euros por niños o niña y familia para que sus hijos acudan al cole-, mientras que el proyecto TIP (Theatre Tools for Islamophobia Prevention) ha comenzado a convertirse en una herramienta dinamizadora de acciones contra la islamofobia. TIP está financiado por la UE junto con otras tres entidades: una de Italia (Giolli Cooperativa Sociale); otra de Francia (Mission Locale) y la tercera de España (Pa’tothom) y sus representantes se han reunido la semana pasada en Valladolid para avanzar en el trabajo que las une. El proyecto se sirve del Teatro Social como herramienta para abrir espacios de diálogo que ayuden a comprender, acompañar a las víctimas y prevenir la islamofobia. En la Sala Borja estuvieron los miembros del grupo La Candela representando Esta soy yo, el otro lado de la historia.
Estos días han compartido el valor de esta práctica y los frutos obtenidos a través de esta herramienta del teatro social. Roberto Mazzini, creador y director del proyecto TIP, desde su entidad, Giolli Cooperativa Sociale, lidera el proyecto. Compartió resultados como el nacimiento de estrategias para modificar las conductas islamofóbicas. Este experto internacional en Teatro del Oprimido detalló los tres aspectos claves que aporta este tipo de teatro en el que el público interviene y se pone en la piel del otro en situaciones reales: promueve la empatía, ayuda a identificar con claridad los gestos islamofóbicos y en tercer lugar, ayuda a tomar distancia de la realidad para reflexionar sobre ella y actuar de otra manera.
llhmam Arbiine, joven musulmana participante del programa desarrollado por la entidad catalana Pa’tothom, hablaba de su propia experiencia como víctima de gestos islamofóbicos todos los días de su vida. El teatro social ha sido para ella un espacio de cura, porque ha podido expresarse ante situaciones dolorosas. Y para el otro, un espacio de aprendizaje. “Lo importante”, decía, “es reconocer la islamofobia y generar espacios de confianza para hablar y reflexionar sobre ello, e impulsar desde ahí, procesos de cambio social”. Los dos estuvieron acompañados por Silvia Arribas, técnico de sensibilización de la Fundación Red Íncola.