La Fundación Red Incola ha presentado su memoria de actividades 2023. El presidente, Chus Landáburu, la coordinadora, Maru González Alonso-Lasheras, y la coordinadora del área de Intervención, María Miranda, compartieron aspectos que han marcado la actividad durante el último año y dieron voz a una de las personas migradas que acompaña la ONG, el tunecino Samer Laatiri. “Pelear contra la emigración lo único que hará es aumentar el sufrimiento de las personas migradas. La mayoría de las que vienen a Red Incola son víctimas de algún tipo de violencia en su país de origen y cuando llegan al destino se encuentran con un sistema pensado para rechazarles”, apuntó el presidente.
La memoria recoge la realidad vivida en esta ONG en cifras. Maru González comparó los datos de 2021 con los de 2023 y los indicadores muestran que la atención se ha duplicado, de 2043 personas atendidas a 4208. Y esta llegada deja un rastro que puede durar mucho tiempo, en un 40% de los casos, porque regresan a Red Incola varias veces para continuar su camino de integración, formando parte de esta gran familia. Y frente a este crecimiento, ni el presupuesto ni el número de personas, tanto trabajadores como voluntarios, han crecido en la misma proporción: un 32% la financiación, de los 567.000 euros a los 750.000 euros; y un 20% en el número de trabajadores, de 20 a 24.
Por todo ello, la coordinadora de Red Incola invitó a una reflexión ya propuesta por los obispos españoles recientemente: «Nuestras sociedades necesitan abrirse con urgencia al valor de la hospitalidad como principio de humanización y puente entre las culturas y las personas. El sentido de esta cultura de la hospitalidad es el encuentro, como pone de manifiesto el papa Francisco en Fratelli tutti». “No podemos olvidar”, decía Maru, “que las aportaciones que hacen las personas migrantes a nuestra sociedad son notables. Hacemos una llamada a todos para crear la cultura del encuentro, superar la fobia al extranjero y favorecer el desarrollo de los países de origen”.
María Miranda compartió el proceso de acogida y acompañamiento a las personas recién llegadas, que se ha ido adaptando con rapidez y eficacia al aumento de demanda, aumento que continúa en 2024. El reto es acompañar procesos, que pueden durar de media de dos años, mediante intervenciones que cuidan de la persona integralmente. “Buscan mejores oportunidades y se encuentra con que esos dos primeros años y medio de estancia no pueden trabajar para obtener unos ingresos estables de manera regular. Y aunque muchos disponen de tiempo para formarse tampoco existe una oferta profesional gratuita para esas personas que llegan porque no tienen tarjeta del ECYL porque no tienen NIE ni permiso de residencia”, explicó. “Y no disponen de ingresos para pagarse unos estudios”. A todo esto junto a la soledad que viven, la falta de información, el duelo migratorio y la ruptura de su proyecto hace que acudan con desesperanza, de impotencia y ansiedad que les dificulta afrontar el día a día. Frente a las dificultades, Red Incola proporciona espacios donde recuperan redes sociales y mantienen su esperanza.
El testimonio de Samer corroboró la intervención de María. Muchas de las dificultades afrontadas en un principio pudieron encontrar soluciones gracias al asesoramiento de la ONG. Poco a poco fue encontrando su camino en esta ciudad, para él difícil.
MEMORIA RED INCOLA EN MEDIOS
La Vanguardia-EFE Red Incola duplica el número de personas con un 36% más de presupuesto
El Norte de Castilla – «Poner trabas a las personas migrantes solo aumentará su sufrimiento»
Cadena Ser- Valladolid
https://x.com/la8valladolid/status/1809220690823819714?t=bzGciWhk4HdYMwqu3ZfAkw&s=08