Los novicios Alejandro Sánchez y Jokin González han vivido esta semana en la comunidad de Ecología y Acogida Ana Leal, INEA, inmersos en la espiritualidad Laudato Si´. Contemplación y acción en torno a la clave ecológica que culminó el día de san Isidro, bendiciendo los huertos ecológicos de los jubilados. Todo invitaba a integrar a Dios creador y a sus criaturas en la oración y en el día a día. La rutina diaria comenzaba con la reflexión guiada por los escritos de Toño García SJ, que conectan la Laudato Si´con la esencia de la espiritualidad ignaciana y sus documentos claves. Esa lectura pausada, orada y bien saboreada de los cuadernillos ayudaba a integrar de forma natural las claves de la Laudato Si´.
La jornada continuaba con labores en los huertos, comprobando en la misma parcela de INEA que todo el universo material es lenguaje de amor de Dios. “El suelo, el agua, las montañas, todo es caricia de Dios”. Cuando la faena terminaba, los novicios compartían mesa con la comunidad de hospitalidad, como parte de la gran familia. «Hemos comprobado, decía Alejandro, que vayamos donde vayamos, estamos en nuestra casa». Las tardes se dedicaban al trabajo personal con la Laudato Si´, apoyados por Félix Revilla. Una reflexión que daba fuerza a todo lo que se había orado y vivido en este entorno especial: “He vivido de manera distinta, con mayor sentido y en conjunto la espiritualidad de la Laudato Si´”, reconocía Alejandro. “Hemos vivido desde un nuevo punto de vista e integrando más las claves de la encíclica”, comentaba Jokin.