En una sociedad secularizada y en una iglesia en cambio, ¿qué papel ocupan las mujeres? Esta es la gran pregunta propuesta por el Centro Ignacio Ellacuría (CIE) de Burgos para la Semana de Teología. El CIE se ha propuesto arrojar luz y reflexionar sobre la riqueza que hay en esta realidad nacional e internacional.
Para ello, ha organizado una Semana de Teologia con tres conferencias para avanzar hacia una verdadera sinodalidad: Lunes 11 de marzo “Las mujeres, un grito silenciado en la iglesia, pero imparable”, impartida por María José Torres Perez. Vallecas (Madrid). Martes 12 de marzo “La Sinodalidad: ¿ Techo de cristal para las mujeres?”, una reflexión de la mano de Carmen Soto Varela. Salamanca. Y para finalizar, el miércoles 13 de marzo “Retos de justicia y propuestas desde la eco-teología. Perspectivas feministas europeas”, reflexión ofrecida por Antonina Maria Wozna. Seminario Teológico Hágase de Valencia
Las tres han hablado de los avances, de las complejidades y de las ambigüedades en este campo, y han hecho mención agradecida a las mujeres que han ido abriendo nuevos caminos y sin embargo, han sido olvidadas. «Contra la abolición de la memoria: Porque otras fueron, hoy somos». Las raíces de la exclusión radican en una imagen, un lenguaje y una hermenéutica androcéntrica y patriarcal. Por ello, creen esencial recuperar la práctica transgresora de Jesús con las mujeres: «El gran reto de la mujer en la Iglesia Sinodal que propone el Papa Francisco es el arte de caminar juntos/as».
Iglesia y género en clave de fe
Principalmente el análisis comienza por iluminar el techo de cristal. El tope de la cuestión de género en la iglesia. Falta el reconocimiento de su existencia, de reconocer las estructuras patriarcales, la exclusión del sacerdocio, la incorporación al diaconado, de la autoridad espiritual de las mujeres y descubrir que el mismo lenguaje sobre Dios e incluso, la palabra liderazgo excluye a la mujer.
Para las ponentes existe una clara necesidad de que las mujeres «seamos solidarias las unas con las otras, y nos apoyemos en la causa común de la visibilidad social (paridad-justicia), sensibilización respecto a los puntos críticos del patriarcado en la academia (techo de cristal) y responsabilidad política- empresarial- económica, junto al reconocimiento de la diversidad».
Hoy en día, hace falta una gran dosis de tolerancia entre las mujeres que se siguen esforzando en abrir caminos, aunque algunos de ellos sean callejones sin salida.