Las universidades jesuitas apuestan por poner en valor la Cultura Vocacional como herramienta imprecindible para formar profesionales y líderes «para el mundo» y que configurarán la sociedad del mañana desde las claves ignacianas de las cuatro cés: consiencientes, competentes, compasivos y comprometidos. INEA, que se encuentra en el proceso de integración plena en la Universidad Pontificia Comillas, ha estrenado un encuentro que difunda esos valores desde la experiencia concreta de reconocidos profesionales. El pasado viernes 20 de septiembre celebró la Primera Jornada sobre Cultura Vocacional, bajo el título de La Cultura Vocacional en el Ámbito Agroganadero y Agroindustrial. La primera parte se dedicó a un taller con los alumnos y alumnas, con varias dinámicas que se adentraban en la genealogía y la naturaleza de los valores que les movían a ellos en la vida y como futuros profesionales. Dejaban en suspenso la idea de cuál había de ser el papel de la universidad a la hora de inspirar la vocación y la naturaleza de la vocación de su alumnado.
La parte central del acto consistió en un bloque de cuatro ponencias, presentadas por oros tantos profesionales de reconocido prestigio que acercaron el sentido de la vocación profesional y los valores en la empresa agroalimentaria, y compartieron cómo esa vocación marca el sesgo de una actividad profesional comprometida con la sociedad. Tanto Fernando Rodríguez de Rivera, director general de Bodega y Viñedos Pradorey, como Alfonso Jiménez Rodríguez-Vila, presidente de Cascajares, repasaron sus propias biografías para mostrar cómo, a pesar de todo tipo de contratiempos, que parecieron desviarlos de sus propósitos profesionales, la llamada interna que sintieron los encaminó hacia una realización personal plena, a través de la dedicación y la entrega a su trabajo. María Fiz Fuertes, responsable de I+D de Vivero El Pinar, mostró un caso diferente. Ella tuvo siempre muy clara cuál era su vocación y cómo a través de su trabajo iba a tratar de incidir en el mundo, con gestos concretos comprometidos; por ejemplo, con el medio ambiente. Los tres estuvieron acompañados por Raquel Sanz Velasco, coordinadora de Cultura Vocacional de UNIJES, quien reflexionó en clave ignaciana sobre sí misma y sobre su visión personal de la Cultura Vocacional y sobre la visión de la Cultura Vocacional en las universidades jesuitas de España (UNIJES).
La jornada resultó, en general, sumamente inspiradora y contó con un nutrido público, compuesto principalmente por alumnos y alumnas. Su éxito parece allanar el camino para una segunda edición.