Una sorpresa mayúscula en una historia con 40 años de vida. Manolo Robla fue a Vigo a celebrar el 40 aniversario del Centro Loyola y recibió aplausos y abrazos en gratitud por el camino recorrido durante todo este tiempo. Los primeros pasos de este espacio de pastoral llevan la huella de Robla, su entusiasmo, su fe en pie de tierra y su lema: «No hago yo el Camino, el Camino me hace a mí». Y a partir de esta frase surgieron momentos inolvidables y un libro que lleva este título como marca de la casa. La huella de la vida con Robla.



Para celebrar este hito en el camino pastoral, los organizadores lo tenían previsto todo: la elaboración de un libro coral, una mesa redonda de reflexión y encuentro y el descubrimiento de una placa conmemorativa. El libro contiene las experiencias e historias de aquellos primeros peregrinos que recorrieron el camino de Santiago de la mano de Manolo Robla SJ. Otros jesuitas que han ido tomando el relevo siguiendo el horizonte hacia Compostela. El libro recoge lo más personal de quienes emprendieron la aventura encomendados a Dios y a su acción en cada uno. Robla firma la introducción y el epílogo. David Viso Carrera coordinó el proyecto.
La mesa redonda, con el Comité vigués de la Sociedad Dante Alighieri, se sumergió en el Camino de Santiago, una de las experiencias pastorales más emblemáticas del centro. Manolo Robla participó acompañado por tres personas de distintas generaciones que compartieron su vivencia de la peregrinación: Gloria Nieto Huertas, antigua alumna del colegio Apóstol y del Centro Loyola; Sofía Cachafeiro Castro, alumna de 2º Bachillerato y miembro del Centro Loyola actualmente; y David Viso Carrera, antiguo alumno de ambas instituciones y coordinador del Loyola de Vigo.
Manolo compartió su gratitud y emoción poniendo nombres que compartieron con él este comienzo de andadura: los jesuitas Chuspe Rivera, Javier Velasco, Toni Caballero, Bailón y profesores del Apóstol. Después descubrió una placa conmemorativa en el salón grande del nuevo Centro Loyola, que pasará a llamarse Sala Manolo Robla SJ «en reconocimiento y gratitud por el Camino y la vida compartidos».