Durante tres domingos, cinco parejas compartimos una experiencia tan sencilla como profunda: detenernos a mirar con calma nuestra vida en común. Lo hicimos de la mano de El Reloj de la Familia, una propuesta de CVX nacida del deseo de ayudar a las familias desde dentro, con el lema “familias ayudando a familias”. Y así fue: nos acompañaron parejas que, habiendo vivido antes esta experiencia, nos ofrecieron cada uno de los “tiempos” con una gran calidad humana. Desde aquí, nuestro agradecimiento inmenso por el tiempo regalado: ha merecido mucho la pena.
El recorrido del reloj nos llevó a atravesar distintos momentos de la vida familiar. Comenzamos tomando conciencia de lo que significa ser familia hoy. Luego, dibujamos nuestra historia común, reconociendo con agradecimiento los acontecimientos clave que nos han marcado. Más adelante, proyectamos juntos el tipo de familia que deseamos ser, y representamos nuestras decisiones y libertades. También nos asomamos a nuestras heridas, a la sabiduría que deja el error, y a la fuerza de la reconciliación. Finalmente, reformulamos nuestro proyecto de familia, soñando juntos la casa que queremos construir.
Tres domingos en los que hubo tiempo para todo: para la reflexión personal, para el diálogo en pareja, para dinámicas que nos empujaban a pensar con más verdad. Cada dinámica nos ofrecía una puerta para entrar con mayor profundidad en nuestra relación, provocando conversaciones y miradas que a menudo se nos escapan en el día a día.
Aunque nuestras historias eran distintas, la experiencia fue enriquecedora para todos. Al final, celebramos juntos una acción de gracias y compartimos la eucaristía en la iglesia de Ruiz Hernández, cerrando así este pequeño camino con el corazón sereno y con ganas de seguir cuidando lo que somos y lo que podemos llegar a ser.