La parroquia El Milagro de San José ha celebrado su fiesta, San José, con la tradicional paellada. Dicen que era el peor día del año porque amaneció nevando. Pero el calor del fuego; el techo del polideportivo del colegio San Estanislao de Kostka y la ilusión de 225 comensales para compartir misa y mesa, apaciguaron los malos augurios de una fiesta pasada por agua y por nieve.
Es el día para confraternizar, de celebrar el sentido litúrgico de la fiesta y también, de compartir la mesa. A ello se dedicaron los párrocos, José Ignacio Vitón y Ramón Fresneda, y un equipo de coordinación, para que todo estuviera a punto. La comunidad parroquial vive este momento para el encuentro con muchos convecinos que forman parte de la vida parroquial y que no tienen oportunidad de pararse a hablar con ellos.
Pero también, como consideran los párrocos, San José es una fiesta para la parroquia y para el resto de la iglesia. Así que el mero hecho de invitar abiertamente a todos, es abrir la puerta no solo a comer la paella sino también a participar y a unirse a esta comunidad parroquial.
Después del día quedó muy buen sabor. No solo por el buen resultado del arroz sino por las nuevas amistades fraguadas en un ambiente de alegría y por las relaciones consolidadas que van dando fuerza y energía a esta parroquia del barrio de Prosperidad.
