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Cristo Rey inaugura el proyecto infantil La Casita Común

Plataforma
febrero 22, 2023

Una inauguración con apoyo de la Junta, del Ayuntamiento, de la Archidiócesis de Valladolid, de Escuelas Católicas y de la Compañía de Jesús. Desde este curso, Cristo Rey ha incorporado un nuevo proyecto educativo destinado a la educación integral a partir de 1 año de edad: La Casita Común. La reciente integración de los escolares del centro Nazaret ha brindado la oportunidad de poder ofrecer a las familias este espacio para los niños y niñas de 2º y 3º del primer ciclo de Infantil y segundo ciclo de Educación Infantil íntegro. Para hacerlo posible, ha reformado espacios que anteriormente tenían otro uso y ha desarrollado un nuevo modelo pedagógico de docencia compartida. Un proyecto que nace con vocación de mejora de los procesos de enseñanza-aprendizaje y de la inclusión educativa. En definitiva, una formación integral desde el primer año de edad hasta el final de su etapa educativa, gratuita de principio a fin.

La Casita Común es un nombre que representa el ideario pedagógico, la creación de un entorno seguro y el crecimiento en el cuidado del planeta gracias, entre otras cosas, al huerto escolar.  La apuesta por un espacio específico para la etapa de Infantil confiere mayor seguridad. Las instalaciones han sido adaptadas al nuevo modelo de enseñanza: grandes espacios comunes para ciertos momentos de la jornada y aprendizaje por ambientes.

Este sistema facilita el proceso de enseñanza en pequeños grupos, para potenciar la experimentación, el juego simbólico y su desarrollo psicomotriz, además de poder atender mejor al alumnado con mayor necesidad. También proporciona una adaptación de los tiempos y espacios a sus necesidades. Los profesores se han preparado para esta metodología que desarrolla actividades de trabajo cooperativo; descubre rutinas y estrategias de pensamiento y aborda el aprendizaje basado en proyectos.

Con La Castita Común se ha intentado facilitar a la comunidad educativa de Nazaret sentirse en su propia casa, desde el primer momento. “Queremos que sea la casa de todos, donde todos caben, con diferentes ritmos de aprendizaje, con distintas capacidades y habilidades, pero todas ellas necesarias y válidas”. Al escolar se le da un papel protagonista de su aprendizaje, respetando sus ritmos.

 Con todos los cambios, el equipo del colegio Cristo Rey pretende:

  • Fomentar una educación inclusiva, promoviendo las oportunidades de aprendizaje y ajustándose a las necesidades e intereses individuales de cada alumno.
  • Crear situaciones de aprendizaje, individuales y en grupo, que permitan entrenar el pensamiento y el cultivo de todas las inteligencias y capacidades de cada niño y niña.
  • Generar espacios de reflexión y autoevaluación sobre las experiencias vividas que contribuyan a que el alumno se vaya haciendo consciente de sus avances.
  • Educar en valores humanos y cristianos, basados en el evangelio, de forma transversal en el ámbito curricular y académico, que les ayuden a ser conscientes y a transformar el mundo global donde viven.
  • Favorecer el crecimiento de la interioridad y la espiritualidad para ayudar a nuestros alumnos a abrirse a la experiencia de la transcendencia.
  • Fomentar el trabajo en metodologías activas que desarrollen su autonomía, su curiosidad por descubrir, su creatividad y su capacidad de descripción, observación, experimentación, formulación y comprobación de hipótesis.

La Casita Común forma parte ya de un gran proyecto educativo como es el Instituto Politécnico y Centro Escolar Cristo Rey, con más de 75 años de experiencia. Desde la más tierna infancia hasta el final de su vida formativa no universitaria, el lema siempre es hombres y mujeres para los demás. El objetivo último es que el escolar que entra, termine convirtiéndose en una persona consciente, competente, compasiva y comprometida, para que después pueda transformar y mejorar este mundo, poniendo en práctica los valores del Evangelio. Y partiendo del contexto concreto de cada uno, cada cual tenga la oportunidad de reflexionar sobre lo vivido para ver hacia dónde quiere proyectar su futuro y servir mejor a la sociedad, como esencia de su Pedagogía Ignaciana.

 “Una comunidad que opina que su colegio no necesita el cambio provoca a plazo fijo la agonía del colegio. Es cuestión de una generación. Por doloroso que sea, hay que podar el árbol para que recobre la fuerza. La formación permanente, la adaptación de las estructuras a las nuevas condiciones, son indispensables”.

Padre Arrupe SJ