La memoria de 2020 de Red Incola lleva impresa muchas cifras sostenidas con gran esfuerzo durante la pandemia gracias a la colaboración y generosidad de muchas personas. Gratitud expresada ante los medios de comunicación. En este balance más que números hay ciertas claves necesarias para entender, por ejemplo, por qué este año hay menos niños en las aulas de apoyo – la medidas contra la pandemia han restringido el aforo- y sin embargo, hay más personas recibiendo apoyo psicosocial -310 personas frente a las 205 del año pasado-. El presidente de la Fundación, Chus Landáburu, el coordinador de la ONG, Eduardo Menchaca, desgranaron estas claves en la presentación de la memoria. Luego los testimonios de Naima Tissi, Daniela Mahecha y Hasna Machrafi fueron las voces de quienes han recibido apoyo para mantener una vida digna.
Entre las 1866 personas atendidas a lo largo del año, la mitad acudieron por primera vez a Red Incola. Una cantidad en consonancia con la realidad vivida: más vulnerabilidad en la población migrante. Las necesidades básicas como la alimentación e higiene se multiplicaron: de 149 a 280 en un solo año. Y los voluntarios y trabajadores desplegaron sus artes y sus teléfonos para atender jurídicamente y apoyar en lo emocional a 310 personas (205 en 2029).
La feminización de la migración es un hecho del que son plenamente conscientes: crecimiento de familias monoparentales de madre e hijos; trata laboral del que han rescatado este año a 12 mujeres de Valladolid; grandes repercusiones ante su doble discriminación -migrante y mujer- a la que se asocia también la religión y un aumento del 20% de violencia de género entre las beneficiarias de de Red Incola.