“El fallecimiento del Papa Francisco marca el fin de un pontificado que ha dejado un legado significativo en la Iglesia y en el mundo». Así comienzan las declaraciones de Alberto Plaza SJ, delegado de la Compañía de Jesús en Castilla y León al conocer el fallecimiento del papa Francisco. «Desde su primer viaje como pontífice a la isla de Lampedusa en 2013, nos ha hablado en varias ocasiones sobre la “globalización de la indiferencia”, condenando esta actitud y señalando que la cultura del bienestar nos ha hecho insensibles a los gritos de los otros, particularmente a los gritos de los más vulnerables. Nos ha hecho insensibles ante violencias, tragedias y sufrimientos que tienen lugar en ocasiones a las puertas de nuestras fronteras y hogares».
«El Papa Francisco nos ha insistido en la responsabilidad fraterna, en el compromiso y la justicia social, en la defensa y protección de aquellos que se ven obligados a migrar, y en el cuidado del medio ambiente como creación de Dios y casa común para todos. Con sus gestos y reformas, el Papa Francisco ha buscado que la Iglesia sea más abierta, acogedora, hospitalaria y evangélica, y que proclame en voz alta y sin tapujos la paz para todos y la defensa de los derechos humanos. Nos deja un legado de compasión y reconciliación para transformar este mundo en uno más solidario y justo, donde todos puedan disfrutar de la alegría y la esperanza del Evangelio que Cristo Resucitado nos acerca”.