Fe y Desarrollo cerró este miércoles el curso 2024-2025 con el concierto de Emilia Arija. Un recital íntimo, personal, con una mirada al mundo: gratitud por la amistad y dolor ante el genocidio de Gaza. Su voz estuvo acompañada, abrazada como ella decía, por tres músicos queridos, amigos y compañeros en muchos proyectos: Miguel Diez, piano, Alejandro Martín, guitarra, y Raúl Alonso, percusión. Y por detrás, «abrazando» el escenario, la creatividad de Teresa García Corona. Imágenes sugerentes estilo collage que interpretaban con estilo propio las 14 canciones: ‘Gracias a la vida’ , ‘Hay tanto’, ‘Manos abiertas’…. ‘Honrar la vida’. «Lenguaje universal del corazón hecho música, palpitación, interioridad, emoción y carne fresca», como decía el director de Fe y Desarrollo, José Luis Saborido.
Texto íntegro de la despedida del curso Fe y Desarrollo de José Luis Saborido SJ.



Antes de dar paso al concierto, Saborido resumió todo lo analizado, dialogado y aprendido este curso. «Cerramos así nuestro cuso, y seguimos preguntándonos cuál es el nombre de Dios en nuestra sociedad, cómo podemos lograr la paz sin rearme, cómo podemos ser testigos de evangelio en la comunidad política, cómo podemos vivir en libertad de hijos de Dios, cómo podemos recuperar los valores, cómo podemos seguir construyendo una Iglesia nueva, cómo podemos acoger en nuestra casa a los que llegan de otros países perseguidos, engañados, hambrientos y maltratados, cómo podemos seguir la estera espiritual de Thomas Merton o el coraje y la lucidez de Concepción Arenal», se preguntaba.

Llegaron las canciones de Emilia Arija y de la primera a la última, su voz envolvía la Sala Borja. A capela, con el piano, con todos los instrumentos… siempre su voz, serena y fuerte, interpreta aquello que está por dentro, en modo de emoción y fe, y sale afuera. La compañía de los músico, las luces del escenario, la imágenes dinámicas y el público abrazaron su expresión hecha música. Para ver el concierto completo, aquí: