La comunidad de la parroquia de El Milagro de San José sigue creciendo. No hace mucho, doce jóvenes celebraron su Confirmación. Años de preparación y de vida comunitaria parroquial han contribuido a que estos 12 jóvenes se sientan como en su segunda casa. Su respuesta no ha surgido de la nada sino de un largo proceso compartido en distintas experiencias como encuentros de grupo todos los domingos, convivencias, pascuas y campamentos…
«Rubén y yo (Marta Asensio), sus catequistas, podríamos seguir hablando del gran compromiso de estos jóvenes, pero creemos que lo mejor es plasmar pequeñas reflexiones que escribieron ellos:
- Jesús, es una sensación de hogar, de protección, alguien que te ayuda a escoger en tu día y día y a elegir el buen camino y las buenas decisiones. Es alguien con el que siempre podrás contar y acudir. Confirmarse para mí, es un acto para seguir en el camino de fe que nos indica Jesús, además, es un momento intimo que vives con tu familia, la que te inició y te incorporó en la iglesia y con tus amigos y monitores, quienes han sido esenciales para continuar año tras año en esta segunda casa.
- Antes cuando escuchaba la palabra “confirmación” me sentía indiferente, no llegaba a comprender la importancia que esta podía llegar a tener, ahora, una vez confirmada, la escucho y una oleada enorme de sentimientos y emociones me recorre el cuerpo. Siento que mi unión con Dios se ha hecho más fuerte, algo dentro de mi ha cambiado, aunque no sé explicar muy bien el qué. Tengo la necesidad de hablar con él y de agradecerle todo lo que ha traído a mi vida. Creo que después de muchos años de preparación, he conseguido entender lo que de verdad significa “vivir para los demás”. Doy gracias por haber encontrado el camino hacia el que quiero encauzar mi vida, sé que él caminará siempre a mi lado.
- Para mi confirmarme es asumir personalmente la opción que mis padres tomaron por mi cuando me bautizaron, asumiendo mi compromiso con Jesús, porque para mi Jesús es un gran apoyo en mis momentos difíciles y de soledad. Me ayuda y acompaña en mis momentos de debilidad.
- Quiero darte las gracias por dejarme conocerte y haberme guiado hasta aquí, por enseñarme el camino de la fe, el camino cristiano. Jesús, esto no acaba aquí, voy a seguir presente, trabajando por y para la gente, y llevando bien lejos el lema de En todo amar y servir.
- Jesús para mí es una persona en la que siempre he tenido fe, aunque he de reconocer que ha habido momentos de duda cuando las dificultades llegaban a mi vida. Jesús es un ejemplo ya que siempre miraba por los demás y hacía el bien.