Un concepto tan ignaciano y tan presente como es ‘discernimiento’, y sin embargo, parece que conlleva descifrar incógnitas insondables. El Centro Fe y Desarrollo quiere desentrañar sus raíces y mostrar sus claves para que su utilidad no se pierda por desconocimiento, sino que se convierta en herramienta hoy y siempre para responder como creyentes a la llamada de Dios.
El próximo mes de abril, los días 10, 18 y 24, -dos miércoles y un jueves- a las 19.30h. en la Sala Borja, tres ponentes compartirán sus claves. Explica José Luis Saborido SJ, director del Centro Fe y Desarrollo, que el término ha entrado de lleno también en la sinodalidad, como práctica común en la toma de decisiones eclesiales: «La Iglesia no es una democracia sino una escucha común del Espíritu Santo».
¿Qué es exactamente el discernimiento y cómo se lleva a cabo? En ese hallar “la voluntad de Dios”, en la vida personal, comunitaria y eclesial, la elección puede ser compleja y llevar a equívocos. ¿Cómo damos con ella? El curso pretende guiar en este sentido, revelar sus fundamentos, mostrar su praxis y transmitir su espiritualidad: «¿Nos lo puede enseñar la Escritura, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento? ¿Jesús nos enseñó a “discernir”? ¿Cómo? ¿Nos enseñó san Pablo?», se pregunta en el programa.
En este concepto del discernimiento cristiano, la formulación ignaciana es un don que Ignacio añade al tesoro espiritual de la Iglesia. Para él se convirtió en un gran sintetizador práctico, partiendo de la tradición de la Iglesia y de una espiritualidad radicada en los Ejercicios Espirituales. Entonces… «¿qué significado, alcance y novedad, aporta en ese panorama el llamado discernimiento ignaciano?»
