Nombres, experiencia, gratitud. Un mes en el Chad es difícil de resumir si no se ponen caras, gestos y memoria. Durante el verano, María Martín, estudiante de 6º de Medicina, se sumó a la experiencia MAG+S Enxartxad con otros universitarios españoles, acompañados de los jesuitas Charlie Gómez-Vírseda y Juanjo Aguilar. Y de esos 30 días y sus noches compartió en el Centro Loyola su testimonio. Repasó desde la primera intuición, el viaje de ida hasta su regreso a casa, sabiendo que mucho sigue allí, en el corazón de África. Y lo que trajo es todo lo que a ella le ha tocado y transformado.
El contexto del tercer país más pobre del mundo, con una esperanza de vida de 50 años de edad, donde el 47% de los niños y niñas no va al cole y las consecuencias del cambio climático aumentan las colisiones sociales Norte y Sur , lo explicó Charlie. Sus largas estancias como médico y jesuita en Chad le han enseñado a querer las luces y las sombras de un país que late en el corazón de África. Su experiencia es puente para travesías como la de María: “Cuando lo conocí vi una dioscidencia porque ya me planteaba ir”.
La experiencia se nutre de contrastes y diferencias. Donde el arado tradicional convive con el smartphone es también lugar sagrado que le ha ayudado a desprenderse de muchos prejuicios. “Gracias a MAG+S me siento acompañada antes, durante y después”, comenta. Su día a día transcurría en entornos que le acercaban a los chadianos. Primero el hospital de Buen Samaritano en Goundi cuyo lema ‘Ve y haz tú lo mismo’ es una llamada que le acompaña. Después su apoyo en el Centro Nutricional, espacio de encuentro y de compartir más allá las tareas; y la Escuela Agrícola Maimba , ‘yo soy extranjero’, con actividades para pequeños.
Contacto diario con una realidad que se tamizaba diariamente a través del diálogo y la contemplación. «Es mi historia de fe, decía María, que ha pasado de de ser una fe individual a una fe compartida y transformadora. Soy más consciente ahora de que mi vocación se enfoca al servicio desde el amor al pójimo. Sigo descubriendo después de esta experiencia».
Con sus palabras y su testimonio entre el corazón de Äfrica y el corazón del Centro Loyola María, Charlie y muchos otros han tendido un puente.