Cuatro tomas de posesión en una semana para nuevos directores de sendos colegios: Margarita Balsa para Cristo Rey y Chus Pardo, para San José, de Valladolid; Cristina Fernández, del Sagrado Corazón de León y Juan Antonio Vicente, para San Estanislao de Kostka, en Salamanca. En todas ellas algo en común, la pedagogía ignaciana como línea inspiradora y sello identidad. A ella dedicó el delegado de Educación de la Compañía de Jesús, Antonio Allende, sus palabras, desde su presencia en los inicios de la orden a la actualidad, recorriendo su fondo y su sentido hoy. Además de desear mucho ánimo a quienes afrontan el reto de la dirección.
Para todos ellos, el deseo principal es ese deseo de contribuir al bien común desde una educación transformadora de hombres y mujeres para los demás. Clave donde anida el éxito de la educación ignaciana. Allende recordaba los orígenes para expresar lo que les une a todos los centros. La educación jesuita se impartió en colegios humanistas que buscaban ofrecer las herramientas necesarias para que en el futuro los hombres y mujeres pudieran seguir su búsqueda de la verdad, como personas conscientes y competentes, a la vez se transformaban en mejores personas, compasivas y comprometidas. En el siglo XXI sigue vigente este ideario.
Ahora son los cuatro nuevos directores quienes toman el rumbo para hacer real el propósito educativo en los nuevos tiempos. Los cuatro directores, competentes en el ejercicio de su responsabilidad, asumen con ilusión esta nueva etapa, si bien conscientes de los retos que afrontan. Comprometidos con la educación y con su comunidad educativa, cumplen con su nueva labor con generosidad, poniendo al servicio del colegio lo mejor de sí. Una muestra más de su alto grado de ser compasivo.
En Valladolid se leyó este poema que inspira a los docentes en este comienzo del curso:
Toma una sonrisa
y regálasela a quien
nunca la ha tenido.
Toma un rayo de sol
y hazlo volar hasta allí
donde reina la noche.
Descubre una fuente
y haz que se bañe en ella
quien vive en el fango.
Toma una lágrima
y ponla en el rostro
de quien nunca ha llorado.
Toma el valor
y ponlo en el ánimo
de quien no sabe luchar.
Descubre la vida
y cuéntasela a quien
no sabe captarla.
Toma la esperanza
y vive
en su luz.
Toma la bondad
y dásela a quien
no sabe dar.
Descubre el amor
y dáselo a conocer
al mundo.
Mahatma Gandhi