El espacio de Ecología y Acogida Ana Leal abre sus puertas esta semana a cuatro visitantes especiales: Alberto, Miguel, Juan y Agustín, novicios de primer año de la Compañía de Jesús, tres de Bilbao y un cuarto de Viseu, Portugal. Jóvenes aspirantes a vivir la misión universal jesuita abrazados a las Preferencias Apostólicas. En esta semana, el objetivo es llegar al sentido y corazón de la cuarta PAU, Cuidar de nuestra Casa Común, Y en este entorno de INEA todo ayuda: el murmullo del río Pisuerga, el canto de los pájaros y el cacareo de las gallinas, las voces de los hortelanos preparando ya la tierra, y el jolgorio de los niños de las familias que viven en esta comunidad de hospitalidad.
Los cuatro proceden de distintos lugares: de Almagro (Castilla La Mancha), de Algeciras (Andalucía), de Guinea Ecuatorial y de Portugal. Ya es el segundo año el noviciado portugués se suma a esta experiencia. Tanta diversidad integrada en este paisaje de Valladolid ofrece por sí misma la imagen de la riqueza espiritual de la Compañía.
Por las mañanas, ponen sus manos a trabajar en la tierra. Por la tarde, ponen su mente a reflexionar sobre la llamada de la Laudato Si´ y disponen su corazón a sentir mociones renovadas al cuidado de la Casa común y de los otros. Así pasan estos días, acogidos en este lugar y acogiendo nuevos proyectos y nuevas gentes. Han visitado la oficina SJDigital donde se graban las oraciones de Rezandovoy. Y esta semana cuentan con ellos para la cena solidaria de Valladolid en el colegio San José y para visitar otras obras enraizadas en este Núcleo Apostólico. El deseo es todos lo vientos soplen a favor para que manos, mente y corazón encuentren su armonía al servicio de la misión universal.